A veces todo es tan cuesta arriba que no nos sentimos capaces de avanzar, la necesidad de parar, cerrar los ojos, aislarnos es lo único que cruza por nuestra mente, sin perder la esperanza de que es algo pasajero por qué como se suele decir nada es para siempre ni lo bueno ni lo malo.
Llegamos a un punto en el que nada nos pinta la vida con ese toque de color que despierta sensaciones que nos motivan para seguir adelante descubriendo caminos, abriendo puertas, esa curiosidad a veces grata otras agrias pero mantiene encendida nuestra llama emocional.
Nunca hay que tirar la toalla ni cerrarse a los pensamientos positivos, en algún momento el viento cambiará su rumbo arrastrará lejos los nubarrones oscuros, pesados y
©Magda Jardí
Mi Rincón 