Archivo | septiembre 2016

Locurillas de adulto.

 

El paso del tiempo nos ayuda a madurar, crecemos por dentro y por fuera pero nunca hay de dejar morir el niño interior, ese pedacito de nuestro ser que nos permite aunque sea puntualmente a ver la vida de otro modo ,con humor ,de colores, desinhibirnos,  nos da la licencia de hacer locurillas sanas, pero no todos empleamos correctamente ese regresar al niño, algunas personas se tornan absurdas caricaturas de adulto con comportamientos ridículos incluso un niño se vería más  maduro que ellos en ese momento.

La expresión ´dejar salir el niño interior´es más bien disfrutar de situaciones dejándose llevar sin pararse a reflexionar, sin buscar porque, pero con la madurez del adulto que se és, sin dejar de lado la coherencia,no comportarse literalmente como un niño quedando en evidencia la necesidad de ser protagonista de una situación en la que no se es, liberando la parte menos grata de esa persona públicamente.

Transformarse en un personaje grotesco no equivale a ser mejor aceptado ni visto como alguien divertido con quien te apetecería compartir buenos ratos.