La vida la mejor maestra, es bien cierto, cada día nos brinda la oportunidad
de aprender algo nuevo sea de uno mismo o de nuestro paso por este mundo.
Todos nacemos como un lienzo en blanco que vamos llenando de experiencias
tanto positivas como negativas, nadie es poseedor de nada absoluto, ni
verdades, ni sabiduría, somos seres ignorantes, piedras preciosas que pulir y
ese es nuestro objetivo como seres humanos.
Toda experiencia es un aporte, de cada uno depende aprovecharlo y mejorar o
pasar el trance y con el tiempo repetir, volver a tropezar cayendo a la misma
zanja, algo que debe ser agotador.
Cuando disfrutamos de épocas gratas y tranquilas, algunos parecen no ser capaces
de valorarlo, tan solo esperar la siguiente piedra con la que tropezar y darse
de bruces, sin duda estas etapas gozosas son las que se deberían de saborear más
intensamente, vivimos obsesionados en hallar la felicidad, creo que lo más
parecido es esto.
Tampoco ayuda mucho cuando vamos atacándonos los unos a los otros por
situaciones que quizás que no merecen guerras, como el modo de vivir de otros,
cada cual es libre de decidir por donde encaminar su vida sin necesitar el
visto bueno ajeno.
En definitiva vivamos como podamos y dejemos vivir al prójimo
©m.j